El Ammobium alatum, conocido como flor de papel, es una planta ornamental apreciada por su floración prolongada y su capacidad para secarse sin perder su forma y color. Sus flores presentan un centro amarillo rodeado de brácteas blancas, contrastando con su follaje grisáceo y aportando un toque rústico y luminoso al jardín. Además de su valor estético, es una especie resistente y de fácil cultivo.
Alcanza entre 50 y 80 cm de altura y prefiere pleno sol para desarrollarse en su máximo esplendor. Es tolerante a heladas moderadas de hasta -5°C (USDA 8-10) y requiere riegos moderados, evitando encharcamientos para prevenir enfermedades radiculares. Su época de floración se extiende desde principios de verano hasta el otoño, proporcionando flores ideales tanto para el jardín como para arreglos florales secos.
Para su siembra, se recomienda hacerlo en almácigos durante el otoño o a fines del invierno, utilizando un sustrato bien drenado. Las semillas germinan en un período de 7 a 20 días y, una vez que las plántulas alcanzan 5 cm de altura, pueden trasplantarse al jardín, dejando una distancia de 30 cm entre plantas para favorecer un crecimiento saludable.
El Ammobium alatum, conocido como flor de papel, es una planta ornamental apreciada por su floración prolongada y su capacidad para secarse sin perder su forma y color. Sus flores presentan un centro amarillo rodeado de brácteas blancas, contrastando con su follaje grisáceo y aportando un toque rústico y luminoso al jardín. Además de su valor estético, es una especie resistente y de fácil cultivo.
Alcanza entre 50 y 80 cm de altura y prefiere pleno sol para desarrollarse en su máximo esplendor. Es tolerante a heladas moderadas de hasta -5°C (USDA 8-10) y requiere riegos moderados, evitando encharcamientos para prevenir enfermedades radiculares. Su época de floración se extiende desde principios de verano hasta el otoño, proporcionando flores ideales tanto para el jardín como para arreglos florales secos.
Para su siembra, se recomienda hacerlo en almácigos durante el otoño o a fines del invierno, utilizando un sustrato bien drenado. Las semillas germinan en un período de 7 a 20 días y, una vez que las plántulas alcanzan 5 cm de altura, pueden trasplantarse al jardín, dejando una distancia de 30 cm entre plantas para favorecer un crecimiento saludable.
